Si pintas tú mismo tu casa, no tienes por qué seguir nada. Pero si no, prácticamente todo depende de ti. Hay infinidad de colores de pintura de todos los tonos y para todas las ocasiones, puedes elegir brochas y rodillos y, si no te sale bien a la primera, tienes la opción de volver a intentarlo o, peor aún, llamar a un profesional para que te lo arregle.
Así que ve a la tienda, coge el color que más te guste, pon en tu cesta algunas de las herramientas necesarias y ponte manos a la obra.
La creatividad no tiene límites y si quieres,…
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¿No sabes cómo hacerlo? Hay ayuda fácil.
Construir una pared rayada como ésta no es difícil y puede hacerlo un completo aficionado. Un aficionado sería probablemente alguien que ha aprendido a manejar la pintura y los pinceles, aunque sea en pequeña medida, en las clases de arte de la escuela primaria. También puede utilizar un rodillo o un pulverizador.
Primero se pintan las paredes con colores claros y se dejan secar bien. A continuación, con el mayor cuidado posible, se miden preferiblemente franjas de la anchura deseada para cubrir con precisión toda la pared que se va a pintar. A continuación se coloca cinta de enmascarar, un cartón que se adhiere bien a la pared y garantiza que la pintura no se filtre ni penetre por debajo del borde de la cinta. A continuación se pinta o rocía el color oscuro entre las cintas y, una vez seco, se retira con cuidado la cinta de la pared. Así se completa el proceso.
Si has realizado este trabajo, deberías alegrarte al contemplar una pared con rayas horizontales o verticales recién pintadas. Es lo que querías.
Y ahora sólo hay una cosa que realmente importa. Que tus seres queridos, que han tenido problemas con la ley en el pasado, no entren en una habitación pintada. Porque ¿quién sabe cómo reaccionará esa persona? Lo que evocarán las paredes a rayas en él, que puede haber pasado años con el uniforme a rayas de la cárcel.